Ignoro el sentido kilométrico
de las distancias,
no comprendo
las sucesivas sendas que nos separan.
Miento al decir que te adoro
cuando no estás aquí.
El amor no se agranda con las avaras distancias.
Un paso, dos, tres,
no puedo seguir ese desorden.
Una recta, una curva y, al final del camino,
la niebla.